dos amantes se aman
en mi nuca
desde atrás de mi nuca
en el lugar ausente de mis ojos
tan clara la visión lastima
y tambien lastima la ceguera abierta
respirar hace tajos en lo indecible
de un viejo cuaderno
(1999)
(1999)
El monstruo que tengo que matar cada día es el realismo. El monstruo que me ataca todos los días es la destrucción. De estos duelos vino una transformación. Debo convertir la destrucción en creación una y otra vez (del diario II de Anäis Nin)
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