Tu mirada busca las letras, las palabras. Pero hay una barrera en la lectura, una diferencia entre el signo que emite y la señal que recibís en tu cerebro, perdón, en tu corazón. La visión esta alterada. Las cuatro paredes retienen la furia de lo no dicho. Lo que censuraste por amor o por costumbre empieza a germinar impredecible. La vena interna brota y es raíz que se expande a base de sales minerales. El agua lo transporta todo, y todo lo da, te esta llenando el cuerpo de inundaciones. Pero están las paredes, y las sábanas enroscadas, y el resto de lo que había peleando su remota existencia. Todas las batallas te suceden en la piel y casi no lo aguantas. Queda la valija, que aún no cerrás, expectante sobre la cama que aguanto tanto fuego y ceniza. El sin límite del amor, filosa ropa sin destino que todavía no puede despegar. La lavaste, la planchaste, la doblaste para el viaje, pero te faltan lo zapatos y no podes tomar esa decisión, no todavía. Las puntas de tus pies no emiten sonido, silenciosos como en la iglesia, obedientes y recargados, hacen tic tac sobre el boleto de ida.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Tu mirada busca las letras, las palabras. Pero hay una barrera en la lectura, una diferencia entre el signo que emite y la señal que recibís en tu cerebro, perdón, en tu corazón. La visión esta alterada. Las cuatro paredes retienen la furia de lo no dicho. Lo que censuraste por amor o por costumbre empieza a germinar impredecible. La vena interna brota y es raíz que se expande a base de sales minerales. El agua lo transporta todo, y todo lo da, te esta llenando el cuerpo de inundaciones. Pero están las paredes, y las sábanas enroscadas, y el resto de lo que había peleando su remota existencia. Todas las batallas te suceden en la piel y casi no lo aguantas. Queda la valija, que aún no cerrás, expectante sobre la cama que aguanto tanto fuego y ceniza. El sin límite del amor, filosa ropa sin destino que todavía no puede despegar. La lavaste, la planchaste, la doblaste para el viaje, pero te faltan lo zapatos y no podes tomar esa decisión, no todavía. Las puntas de tus pies no emiten sonido, silenciosos como en la iglesia, obedientes y recargados, hacen tic tac sobre el boleto de ida.
viernes, 11 de diciembre de 2009
en mi muralla
hago planes para no desesperarme
una forma de huir del peligro
escape contra el miedo
fugar de lo que duele
refugiada
blindada en mi mente fortaleza
agazapada en lo imaginado
a gusto con mis monstruos infantiles
desahuciada del mundo
desalojada
resistiendo en mi torre de cristal
con vista al mar
un mar dibujado en mi nuca para no morir
jueves, 15 de octubre de 2009
Tocar la tecla y perder poder. Tocar la tecla y dejarse llevar. Entrar al amor o a la desolación en plena oscuridad, a la deriva dle sueño, con restos de zapatos que se desprenden del pie, un beso de buenas noches o un había una vez, una mano sobre la espalda, el final de una película entre las pestañas, los últimos renglones de un capitulo. Tal vez acordarse de algo para enseguida olvidarlo. Un mundo de cosas animadas que se deslizan en cuanto las trato de nombrar.
arena
audaz desliz
continuo espiral en movimiento
fugaz y constante
ambiguedad
¿como apretarte entre los dedos?
¿como sentir tu carne
si de repente sos viento?
me pierdo siempre en esta calesita
nunca alcanzo a ganar la sortija
por milesimas de segundo
pero esto también es una fantasía
consuelo de perdedor
duele
ver las vías
verlas desaparecer
de corte,
de separación
pensamientos de exódo
ganas de un desierto
geografía de soledad
angustia viene de angosto
de ahogo
digo felicidad y paresco
un payasso mentiroso
quizas no estaba lista para abrir mi casa
quizas extrañaba pero ya no estaba en mi país
quizas es solo un sentimiento que se puede solo vivir en la distancia
quiero entender ¿por que?
estoy acostumbrada a responderme preguntas
pero sinceramente
creo que no estan hoy las respuestas
y no importa
soy psicosis
de la letanía al no-hambre
ni lactancia ni latencia
no lectora, no letralia
no lengua
una actividad inmóvil
tengo pesadillas que no puedo nombrar
porque estan borrosas y diluyen mis fuerzas al despertarme
acorralada contra mí
cosas
que ya no deseo
no tengo energía para el gesto de empujar
sufro el síndrome de los caídos
ver todo enorme y en plano invertido
estoy queriendo fluir pero todavía no hago río
atada a normas invisibles que
creo
nadie me impuso
pero yo conservo
miércoles, 8 de julio de 2009
viernes, 15 de mayo de 2009
algodón y fibra
sábana de aromas
murmullo de estrellas
en la casa de la noche
Abren a la hora exacta en la que
parto
La pequeñez hace el mundo
se prepara la estepa de los sueños
La puerta de todas las cosas
se perfuma con mi aliento
espuma nubes pétalos
lo que mi boca abre
Entro al amor con los ojos cerrados
domingo, 1 de febrero de 2009
Lo que respira afuera
ahora respira adentro
y asusta
por su eco de látigos
por su coro de truenos
pero sé que es mi vigía
que (me) esta limpiando
el recinto donde vas a vivir
sé que la casa aullará fantasmas
hasta que acabe el trabajo
incienso, campanas, letras secretas
tinta y mis uñas
para encontrar la forma nueva de habitarme
Voy a terminar lo que empecé
guardó lo que no debía guardar.
me equivoqué y ahora está herido.
¿Cómo curarte, cuaderno? ¿Con qué palabras cerraría la herida,
limpiaría la pus que te dejé crecer?
¿Con qué sonido retornaría al día del abandono
y podría cambiar olvido por abrazo?
Amo todo lo que en vos cabe
y me quedo firme en tu deriva
como un faro terco, obstinado
Voy a ser
(así lo hago
así lo decido)
la estrella que nunca se apaga
la que sale primero
y se va ultima. te amo.
sauce ira
Hay un sauce, Ofelia, dulce Ofelia
arroyo
corona de flores
estrofas de antiguas tonadas
como inconsciente
como una criatura en su elemento
ahogada
Este llanto secará todo rostro de mujer
tengo palabras de fuego que estallarían en llamas
pero esta pena la sofoca
La ira un río
rascar
Lo mirado que busca
asistir a un lugar y saturar
Se te pasa la picazón
la libertad es el ahogo
Los dedos en la boca
sosteniendo, sellando
Por temor
no jugaste en cuatro patas sobre la fuente
mirando
de costado frente al espejo
tus zonas de pertenencia
el agua
Exagerar no es exacerbar
exasperar no es saturar
la muerte no es el final
jueves, 15 de enero de 2009
Los bombarderos
de Anne Sexton
Nosotros somos América.
Somos los que rellenan los ataúdes.
Somos los tenderos de la muerte.
Los envolvemos como si fuesen coliflores
La bomba se abre como una caja de zapatos.
¿Y el niño?
El niño decididamente no bosteza.
¿Y la mujer?
La mujer lava su corazón.
Se lo han arrancado
y se lo han quemado
y como último acto
lo enjuaga en el río.
Este es el mercado de la muerte.
¿Dónde están tus méritos,
América?
Reparto de tareas
Las revoluciones dan vueltas, pactan, hacen declaraciones:
una revista nueva aparece, viejos nombres en su cabecera,
una revista antigua abrillanta su obra
con deconstrucciones de la prosa de Malcolm X
Las mujeres en las filas traseras de la política
todavía lamen hilo para pasarlo por el ojo
de la aguja, truecan huesos por plástico, rajan vainas
para venderlas como collares en los cruceros
hacen inmaculados vestidos de Primera Comunión
con planchas y vacilante agua caliente
todavía ajustan los microscópicos hilos dorados
en los chips de silicio
todavía dan clase, vigilan a los niños
esparecidos en las callejuelas de fuego cruzado, los barrancos de
repentinas inundaciones
los repentinos incendios de queroseno
-mujeres cuyo trabajo reconstruye el mundo
todas y cada una de la mañanas
He visto a una mujer sentada
entre la estufa y las estrellas
sus dedos chamuscados de apagar las velas
de la pura teoría Indice y pulgar: los dos quemados:
he sentido esa cera sagrada levantarme ampollas en la mano
1988
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
Arden papeles en vez de niños
°1-Daniel Berrigan, en el juicio, en Baltimore.
1.
Mi vecino, un científico coleccionista de arte, me llama por teléfono en
un estado de violenta emoción. Me dice que mi hijo y el suyo, de once y
doce años, han quemado el último día de clase un libro de matemáticas en
patio trasero. Le ha prohibido a mi hijo ir a su casa durante una semana,
le ha prohibido al suyo salir durante ese tiempo. «Quemar un libro
dice- me produce sensaciones terribles, recuerdos de Hitler; hay pocas
cosas que me disgusten más que la idea de quemar un libro».
Allí otra vez: la biblioteca, amurallada
con Britannicas verdes
Buscando otra vez
en las Obras Completas de Dürer
MELANCOLÍA, la mujer desconcertada
los cocodrilos de Herodoto
el Libro de los Muertos
el Juicio de Jeanne d'Arc, tan azul
Es su color, pienso
y se llevan el libro
porque suefio con ella con demasiada frecuencia
amor y miedo en una casa
conocimiento del opresor
sé que duele quemar
2.
Imaginar un tiempo de silencio
o pocas palabras
un tiempo de química y música
los hoyuelos por encima de tus nalgas
que mi mano recorre
o el pelo es como la piel, dijiste
una época de largo silencio
alivio
procedente de esta lengua el bloque de caliza
un hormigón reforzado
fanáticos y mercaderes
arrojados a esta costa de verdor salvaje de arcilla roja
que respiro una vez
en señales de humo,
soplo de viento
el conocimiento del opresor
éste es el lenguaje del opresor
y sin embargo lo necesito para hablarte
°2 3
La gente sufre mucho cuando es pobre y hay que tener dignidad e inteligencia para superar este sufrimiento. Algunos de los sufrimientos son: una criatura no cenó anoche: un niño roba porque no tenía dinero para comprarla: oír a una madre decir que no tiene dinero para comprar comida para sus hijos y ver a una criatura sin ropa te hace brotar lágrimas de los ojos.
(la fractura del orden
el remiendo del discurso
para superar este sufrimiento)
4.
Yacemos bajo la sábana
después de hacer el amor, hablando
de la soledad
mitigada en un libro
revivida en un libro
así, en esa página
su coágulo y su fisura
aparecen
palabras de un hombre
que sufre
una palabra desnuda
penetra el coágulo
una mano que agarra
a través de los barrotes:
liberación
Lo que sucede entre nosotros
ha sucedido durante siglos
lo sabemos por la literatura
todavía sucede
celos sexuales
mano que se lanza
a golpear el lecho
sequedad de boca
después de jadear
hay libros que describen todo esto
y no sirven
Te internas en los bosques detrás de la casa
alli, en ese territorio
hallas un templo
construido hace mil ochocientos años
entras sin saber
qué es donde entras
así pasa con nosotros
nadie sabe lo que puede suceder
aunque los libros lo digan todo
quema los textos dijo Artaud
5. Escribo a máquina por la noche, tarde, pensando en hoy. Qué bien hablábamos todos. Una lengua es un mapa de nuestros fracasos. Frederick Douglass escribía un inglés más puro que el de Milton. La gente sufre
mucho cuando es pobre. Hay métodos pero no los usamos. Joan, que no sabía leer, hablaba una variante campesina del francés. Algunos de los sufrimientos son: es difícil decir la verdad; esto es América; no puedo tocarte ahora. En América sólo tenemos el tiempo presente. Estoy en peligro. Estás en peligro. Quemar libros no provoca sensación alguna en mí. Sé que duele quemar. Hay llamas de napalm en Catonsville, Maryland. Sé que duele quemar. La máquina de escribir está recalentada, mi boca arde, no puedo tocarte y éste es el lenguaje del opresor.
1968
°1: Daniel Berrigan, jesuita, pacifista y escritor, en 1968 quemó junto con otros 8 implicados, archivos de la oficina donde se reclutaba a los jóvenes soldados, en Catonsville, Maryland, como protesta ante la guerra de Vietnam. Fue juzgado y acabó en prisión.
°2: 3. El texto en prosa lo escribió un alumno de Adrienne Rich perteneciente al Programa de Admisiones Abiertas, para clases desfavorecidas, del City College de Nueva York en el que ella daba clases entonces.
Versión de María Soledad Sánchez Gómez