domingo, 19 de febrero de 2017

Blanc

Por fin veo tu rostro
es este
el criminal

Se avecina, veo los surcos
las partes donde heriste
un mapa de tu alma -decís
de los flagelos que tomaste por hambre
los que pagaste carísimo
Y ahora?
vas a dejar en la mesita de luz las llaves y el vuelto
sin carta, mejor sin carta
¿qué sentido tiene abrir esa ventana?
Hay tanta belleza en abandonar
incluso lo más amado
las tazas de té, la charla en el jardín,
el murmullo entre las 3 y las 4
saboreo ese agujero antes de que pinche
la manera tonta y mentirosa
en que les voy a mostrar mi llanto

Ropa

Ella sabe que la soledad tiene una frontera
sabe que esa frontera es el tiempo
sabe que necesita tocar con su carne
los límites del túnel que la aparta
de los otros
Ella sabe que el único gran abismo
no es el tiempo
sino el no-tiempo
esa nube somnífera en la que siempre se pierde
Ella resquebraja el viejo vestido

Dulce abismo

te busco en este bosque
en la densa oscuridad del follaje
en los susurros ásperos de la corteza
y de las patas finas de las arañas

siento tu respiración
suave y desarticulada
conozco el ritmo de tus latidos
como si fueran el iris de tus ojos o el perfume que exudas en el cuello

sé que estás agazapada
en la tierra
en algún rincón de esta noche

sé que tenés miedo y fascinación
que este verdeoscuro te roba el aliento y te enceguece
y se abre ante tu boca un dulce abismo
que no sabes si vas a beber o no

sé que este es tu lugar de refugio
tu zona de suspensión
tu lado disuelto de la mente donde descansas

vengo a sentarme en la humedad
toco el suelo frío y denso para sentirte

quiero abrazarte ser ciprés o lavanda
musgo si es necesario
sutil hormiga o pájaro nocturno

vengo a esperarte
en la sombra de la sombra
sentada al borde la cama
escuchando la sabana emitir tu murmullo