sábado, 7 de agosto de 2010

Faros

Hay muchas cosas que me están dando signos. No sé todavía muy bien como interpretarlos. Los tomo como señales, luces en medio de la noche.
Faros debo aprender a leerlos.

Un tren que se prende fuego. Mucho dolor previo y cansancio. El sueño de caerme al río y no saber si tengo fuerzas para flotar. El sueño de la herencia millonaria. Lo que puedo hacer, lo que planeo hacer con las cosas nuevas. El fin de los antiguos trabajos, la sensación de que definitivamente se cierra una época. Y la llovizna, que se hace cada vez más abundante, que no cede, que no espera, no se detiene.

Estoy a minutos del río y no sé con qué me voy a encontrar.
Exhausta y respirando para recobrar fuerzas básicas.
Sonriente, a la deriva, preparada solo con lo mío.
Lista para el cambio, lista para lo que vendrá.


Me encantaría, aunque pueda resultar una ilusión fantasmagórica, me encantaría que me abraces cuando se cierre la noche.


18 de julio 2009

Neuquén

El viaje resultó un gusano de seda
que se transformaba
y me transformaba
el ánimo
los sueños
mis deseos.

De repente la vida me decía “confía en lo inesperado”.

Yo (que todo lo venía perdiendo)
descubrí que parte del camino
no estaba en el mapa.

¿Por qué alguien se sube a un micro,
deja todo atrás
y va a una ciudad que solo conoce de nombre?

Abrazarte

Abrazarte
hasta recuperar el aliento de este viaje agitado.

Abrazarte
para sanar heridas
para ver como sutura lo que yace expuesto.

Abrazarte
hasta saciar la sed de abrigo
dejando mi orfandad fuera del tiempo.

Abrazarte
como recurso de protesta
grito rebelde contra las cenizas y el carbón.

Abrazarte
como secuencia de movimiento
inocente paso de danza
sonido que se desliza por la piel de las teclas

Abrazarte
cerca de tu boca
invitación de sal y espuma
para que algo empiece y haga olas.

Abrazarte
ultimo gesto antes que la marea me lleve
antes de que esto
que late
nos parezca un viejo sueño y lo dejemos dormir.

Abrazarte
porque tu pecho,
ese hueco,
parece tener la forma precisa de mi sombra.
Y así,
por fin hallarme.

Abrazarte
porque sí,
porque no dejo de pensar en eso,
en abrazarte
yo a vos,
y viceversa.

Correntoso

El viento golpea las puertas, las ventanas, todo lo que puede abrirse y hacerme entrar.

El viento se ensaña con las oberturas por donde colarse.

Insiste en la puerta como quien busca ansiosamente.

Insiste en la ventana, imitando piedritas que saltan y se llegan hasta el vidrio para despertarte.

En tu casa, cálida habitación de tu alma, me diste asilo.

En tu casa, mi viento extranjero y hambriento, golpea tu puerta y tus ventanas, llamando por todas las habitaciones donde pueda encontrarte.

Tu gesto maternal despertó de mi ensueño doloroso a la niña que juega.

Hay un sanar de corazones rotos en la mesa del desayuno.