sábado, 7 de agosto de 2010

Correntoso

El viento golpea las puertas, las ventanas, todo lo que puede abrirse y hacerme entrar.

El viento se ensaña con las oberturas por donde colarse.

Insiste en la puerta como quien busca ansiosamente.

Insiste en la ventana, imitando piedritas que saltan y se llegan hasta el vidrio para despertarte.

En tu casa, cálida habitación de tu alma, me diste asilo.

En tu casa, mi viento extranjero y hambriento, golpea tu puerta y tus ventanas, llamando por todas las habitaciones donde pueda encontrarte.

Tu gesto maternal despertó de mi ensueño doloroso a la niña que juega.

Hay un sanar de corazones rotos en la mesa del desayuno.

No hay comentarios: