viernes, 27 de junio de 2008

ciudad a través


Ciudad a través. Dos o tres puntos de referencia en el inventario: el teatro Charner, la catedral, el Edén Cinéma, el restaurante chino para los blancos. El Continental, el hotel más bonito del mundo. Y ese río, ese encanto, siempre, de día y de noche, vació o poblado de juncos de llamadas, de risas, de cantos de pájaros de mar que remontan hasta el valle de los juncos.

Entra en la noche oscura del cuerpo de la niña. Se queda allí. Gime enloquecido de deseo, inmóvil.

El cielo tiende ya al azul de la noche, se le puede mirar sin quemarse los ojos.
Al borde de la tierra, el sol esta al borde de la muerte. Muere.

Del “El amante de china del Norte” Marguerite Duras



Aventuras y desventuras en el cuerpo del nunca jamás. Una gran ciudad puede matarte.
Empiece por donde empiece, entro en la novela siempre en el mismo renglón, donde la niña esta a punto de llorar y llora.
Ella dice que, de toda la gente, son las mujeres las que más miedo dan, porque ríen mientras lloran.

Reina Mab 21-4-03
(yo antes de mí, antes de cotidiana)

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