La máquina de ilusión
vuelve a llenarme de mentiras
los deseos
Va a inudar
las semillas y la savia
quemará al bosque en su fortaleza verde
Defender lo que se ama
a veces es hacerlo morir
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El monstruo que tengo que matar cada día es el realismo. El monstruo que me ataca todos los días es la destrucción. De estos duelos vino una transformación. Debo convertir la destrucción en creación una y otra vez (del diario II de Anäis Nin)
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