adentro me ahogo
las plumas pesan mil kilos
las ventanas son diminutas
y no se puede llorar
viernes, 15 de mayo de 2009
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El monstruo que tengo que matar cada día es el realismo. El monstruo que me ataca todos los días es la destrucción. De estos duelos vino una transformación. Debo convertir la destrucción en creación una y otra vez (del diario II de Anäis Nin)
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