Hay quien dice que el mundo se remonta en infinito, puestas de sol y océanos sin fondo. Viajes en elefante, ríos calmos y tormentosos. Montañas de cristal de hielo, o tal vez lava para este breve viaje con galletitas al horno. Cierro los ojos para no perderme. Siento el calor subir por mis brazos y también por mis piernas. El rumor de la hierba que se agita, la breve espera de lo inesperado. Mantengo los párpados caídos, abiertos a la siesta que me habita. Huelo animales que se avecinan y la voz del viento cálido en la sabana. El aire puebla anuncios secretos para extranjeras blancas como yo. Alguien llama a la puerta. Alguien abre. No tengo más párpados.
martes, 8 de abril de 2008
Guía para la siesta
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